miércoles, 11 de febrero de 2015

The Tea Party - Sylvia Fein




Hace ya tiempo hablábamos en este blog de la pintora Leonora Carrington y comentábamos que a su muerte, en 2011, muchos periódicos titularon su obituario indicando que había fallecido "la última de las surrealistas" pero pienso que el titular no fue del todo correcto. La última de las surrealistas - aunque a ella no le guste calificarse así - podríamos decir que es la norteamericana Sylvia Fein, la autora del cuadro que hoy traemos al blog pues, Sylvia Fein, nacida en Wisconsin en 1919, sigue a sus 95 años trabajando con el mismo entusiasmo que cuando empezó, casi de adolescente, formando parte del llamado "Grupo del Realismo Mágico" entre los que se encontraban Gertrude Abercrombie, Marshall Glasier, Karl Priebe, Dudley Huppler y John Wilde.

Recién casada con William Scheuber en 1942, la Segunda Guerra Mundial les separaría al ser él  destinado al Pacífico, como militar que era, para participar directamente en el conflicto bélico. En el periodo de 1942 a 1944, la obra de Fein será abiertamente surrealista y pondrá de manifiesto la crisis física y emocional que la  ausencia de Scheuber le ha provocado y sus pinturas evocarán los aspectos absurdos de la guerra y la nostalgia de los momentos perdidos. A ese periodo corresponde la obra que hoy vemos, "The Tea Party" (La fiesta del té).

"The Tea Party" fue pintado en 1943, en Ajijic una localidad cercana a México a la que Sylvia se desplazó en 1943 y donde permanecería hasta el regreso de Scheuber al final de la contienda,   en 1947, y que le serviría para preparar la obra que presentaría ese año en la Perls Gallery de Nueva York junto a Max Ernst, Roberto Matta, y un joven Jackson Pollock.

En este cuadro, fruto de la tristeza y el sentimiento de soledad producidos por la ausencia de su marido, Sylvia se retrata a si misma en el papel de Alicia, el personaje de la novela de Lewis Carrol, "Alice in Wonderland"Alicia ha preparado su fiesta del té y aparece recostada contra un árbol antropomórfico, con una taza de té en la mano pero faltan los invitados. Solo vemos al "gato de Cheshire",  el gato que en la novela de Carrol aparece y desaparece a voluntad animando a Alicia y que aquí parece sonreír a Sylvia.

Ella coloca esa mesa con el mantel en un paraje que le recuerda a su Winsconsin natal y la llena de objetos que le traen también recuerdos, entre ellos unas gafas, tal vez de su marido. Tres sillas regias esperan vacías la llegada de esos invitados que nunca vendrán a la fiesta. En una esquina de la mesa una tarjeta en la que se puede leer "WKS/Hawaii" revela la dedicación de la imagen a su marido (William K. Scheuber) destinado allá en el Pacífico (Hawaii).

El cuadro es una representación de lo que pasa por la mente de la moderna Alicia y un homenaje a la mujer a través de su recuerdo al hombre ausente, todo ello compuesto casi como en una escena bíblica o en un retrato bizantino, en el que predominan esos tonos ocres, producto del uso del temple al huevo empleado para la realización de la obra.

Un argumento similar, el de la separación, es usado también en otro de los cuadros pintados sobre la misma fecha "The Lady and the White Knight" y en el que aparecen Sylvia y su marido, él vestido de guerrero medieval y ella como una Eva moderna, descalzos y como expulsados de un extraño Paraíso por el que también corretea el "gato de Cheshire".

"The Tea Party", perteneciente a la Thea Tenenbaum-Malferrari Collection, fue exhibido en 2012, primero en Los Angeles y después en otras ciudades del mundo, en la magnífica exposición titulada "The Surrealist Adventures of Women Artists in Mexico and the United States" donde se juntó con obras de pintoras surrealistas de la talla de Frida Khalo, Gertrude Abercrombie, Remedios Varo, Dorothea Tanning y Leonora Carrington


8 comentarios:

  1. La explicación del cuadro de hoy me ha encantado, he disfrutado leyéndola y contemplándola.
    Voy a mirarla más veces. te felicito.
    Un abrazo

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  2. Bonjour,

    J'aime la plénitude qui règne dans cette somptueuse peinture.
    Gros bisous ♡

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  3. El sábado es el día de los enamorados, y yo me confieso perdidamente enamorada de este blog. Besos. No entiendo nada de arte. No lo he estudiado jamás. Pero me encantan los cuadros.

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  4. En un primer vistazo he confundido el respaldo de las sillas vacías con espejos. Me ha gustado los pies con sus deditos como soporte de la pata que asoma debajo del mantel. Toda la composición evoca lo que quizás pretendía la pintora, una ensoñación llena de deseos.
    Un abrazo

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  5. Saber lo que intenta el artista reflejar en su pintura es como estar presente en la escena, me ha gustado mucho tus explicaciones ya que he comprendido muy bien la nostalgia de ella que quiso reflejar a través de sus pinceles.
    Un abrazo.

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  6. La expresión de ella es triste y soñadora al lado de esa mesa, donde se le ofrecen una gran cantidad de cosas que no son las que parece desear tener. Tus explicaciones siempre me ayudan a mirar el cuadro.

    Saludos

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  7. Esta es una prueba más de cómo de los cuadros hace falta muchas veces conocer su historia, que una simple contemplación estética nos impide disfrutar de la obra a veces.
    Un saludo.

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