jueves, 8 de noviembre de 2012

Il rinoceronte - Pietro Longhi




Conocemos animales que se hicieron famosos a través del cine o la televisión como fue el caso de la mona Chita, o el de los perros Lassie y Rin Tin Tin o el del caballo Furia o el de Laika, la malograda perra astronauta, etc, pero, creo que ninguno llegó a alcanzar una fama tal como para que su imagen fuera retratada por pintores de la talla de Pietro Longhi o Jean Baptiste Oudry y que sus retratos figuren colgados de museos tan importantes como puedan ser el Staatliches Museum de Schwerin o la National Gallery de Londres. Ninguno excepto Clara, un rinoceronte indio que fue la expectación de la Europa de mediados del siglo XVIII y que hoy traemos a este blog.

Clara - nombre con el que habían bautizado a este rinoceronte hembra - llegó a Roterdam en 1741 procedente de la India donde había sido recogida por el entonces director de la Compañia Holandesa de las Indias Orientales tras haber muerto su madre en alguna cacería furtiva. Viendo este que Clara crecía demasiado para poder mantenerla a nivel doméstico se la regaló o vendió a un marino de su compañía, un tal Douwe Mout van der Meer, el cual, la embarcó rumbo a Europa con la idea de hacer negocio con ella.

Clara fue expuesta al público al poco de llegar a Holanda y la exposición fue un éxito por lo que Mout van der Meer se decidió a recorrer Europa para mostrar a los europeos el rinoceronte, un animal que despertaba gran atracción desde que en 1513 otro rinoceronte había sido mandado desde la India a Lisboa como un regalo del Sultan Muzafar II al rey Manuel I de Portugal y que este reenvió por barco, también como regalo, al Papa León X naufragando el barco frente a las costas de Italia y muriendo el animal en el naufragio.

Douwe Mout van der Meer construyó un carromato cerrado y tirado, dicen, por ocho caballos, con el que poder transportar a Clara e inició su periplo recorriendo desde 1743 a 1758 toda Europa exhibiendo al rinoceronte en ciudades como Bruselas, Hamburgo Berlin, Viena, Munich, Leipzig, Zurich, Paris, Roma, Venecia, Praga y Varsovia entre otras muchas hasta la muerte de Clara en Londres, en 1758, durante su exhibición en el Horse and Groom.

Las exhibiciones del rinoceronte fueron siempre un éxito y reportaron grandes ganancias a Mout van der Meer a través de las entradas y de los grabados o colgantes con la efigie de Clara que se vendían como recuerdo de dichas exhibiciones. A Clara la llegaron a visitar personalidades como el rey Federico de Prusia, el emperador de Austria, Francisco I, la emperatriz María Teresa y el rey Luis XV de Francia y fue retratada por pintores como Jean Baptiste Oudry, Pietro Lohghi y por grabadores como H. Ostert y Jan Wandelar del que dos de sus grabados con la imagen de Clara figuran en el tratado de anatomía de Bernhard Siegfried Albino.

El pintor veneciano Pietro Longi (1701-1785), un pintor costumbrista así como retratista de la alta sociedad veneciana a la que suele reflejar con una alta dosis de ironía, pintó a Clara en el cuadro que hoy visitamos coincidiendo con la exhibición del rinoceronte durante los carnavales de Venecia en 1751 y a instancias de un rico aristócrata veneciano llamado Giovanni Grimani dei Servi.

En el cuadro podemos observar a Clara colocada de perfil - a semejanza del rinoceronte que pintaría Durero dos siglos atrás - y rumiando pacíficamente mientras una serie de personajes vestidos a la usanza del Carnaval Veneciano asisten, colocados en una especie de tribuna, a la exhibición del rinoceronte pero sin prestar ninguna atención al mismo. Cada uno mira hacia algún sitio o al espectador pero nadie observa con curiosidad a Clara como sería de esperar. El individuo situado a la izquierda y en la primera fila era el ayudante de Mout van der Meer y muestra, agitándolo, el cuerno que Clara había perdido o le habían cortado unos meses antes durante su visita a Roma. Al otro extremo de esa primera fila, el hombre de la capa roja y que parece absorto en sus pensamientos mientras fuma una larga pipa es el propio Mout van der Meer. El resto de los personajes se piensa que son familiares o seres cercanos al mecenas Giovanni Grimani que podría ser el individuo del chaleco rojo que ocupa el centro del cuadro. A la derecha, colgado del muro, figura un cartel con la siguiente inscripción: "Vero Ritratto di un Rinocerotto condotto in Venetia l'anno 1751 fatto per mano di Pietro Longhi per Commissione del N.O. Giovanni Grimani dei Servi; Patrisio Veneto." cartel que debió pedir Grimani que apareciese en el cuadro para pompa y orgullo de ser el propietario de un testimonio histórico. Grimani volvería a repetir el detalle del cartel con motivo de otro cuadro que encargó a Longhi, unos años más tarde , en 1757, tras la visita a Venecia de un gigante irlandés llamado Cornelio Magrat pero, esa es otra historia.

Este cuadro, con su dosis de intriga y sus misteriosos personajes, es también una crítica hacia aquella sociedad veneciana, enmascarada, aburrida tal vez de todo y donde el protagonista ha pasado a ser el observador y los observadores los protagonistas.

Pintado en 1751 esta obra se puede contemplar en el palacio museo Ca´Rezzonico de Venecia existiendo una segunda y posterior versión en la National Gallery de Londres con el nombre de "Exhibition of a Rhinoceros at Venice" también pintada en 1751. En esta segunda versión encargada a Longhi por otro patricio veneciano, el noble Girolamo Mocenigo, el cartel que colgaba de la pared ha desaparecido por lo que se deduce que este noble veneciano no tuvo demasiado interés en hacerse publicidad. También tres de las figuras aparecen ahora enmascaradas, entre ellas Mout van der Meer reconocible por su capa roja y que ocupa el centro del cuadro en esta segunda versión.

Puedes ver distintas imagenes de Clara realizadas durante su gira en este video que os he preparado. También puedes documentarte a fondo sobre la historia de Clara en el libro que escribió Glynis Ridley sobre la vida y viajes de este rinoceronte: "Clara's Grand Tour: Travels with an Eighteenth-Century"

14 comentarios:

  1. ¡Qué curiosa historia ! me recuerda la que nos cuenta Saramago en "El viaje del elefante".
    Cada vez me gusta y me interesa más leerte.

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  2. Tienes razón Tracy. El cuento de Saramago está inspirado en el viaje que hizo el elefante Suleiman en el siglo XVI desde Lisboa a Viena pasando por Valladolid. En aquellos tiempos era una gran regalo mandar un elefante o un rinoceronte a Reyes o Papas.

    Ahora un regalo de estos te haría un desgraciado. Imagínate llevando al rinoceronte al veterinario cada vez que tuviera diarrea.

    Gracias por tus cariñosos comentarios. Un abrazo.

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  3. Un placer leerte, y viajar por tantos cuadros...

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  4. Curiosísima hostoria y muy entretenida. Algo casi impensable. Se sale mucho de tu línea habitual, pero ha despertado mi interés.
    A mí me ha recordado a la obra de teatro de Ionesco "El rinoceronte" (sólo en el título, claro). Vi esa obra por primera vez siendo muy niña, en aquel famoso "Estudios 1", la única forma de que yo tenía por aquella época de ver teatro. No entendí nada, pero despertó mucho mi inquietud y mi curiosidad.
    No sé si puedo imaginarme lo que suponía ver un rinoceronte en el siglo XVIII y en Europa. Debía ser muy inquietante. No puedo entender cómo las figuras están tan aburridas o tan ajenass a "Clara".
    Muchas gracias por tus historias que nos llenan estos ratos tan gratamente.
    Un abrazo

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  5. Pues parece que la clara es oscura, pero bien dibujada, es una verdadera clase de ciencias naturales, los del XVIII no perdían ocasión para aumentar su conocimiento en todas las materias, ponían luz donde podían, igual les sugería algún disfraz para carnaval. Saludos.

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  6. Encantado de poder llevar a muchos viajeros como tú moonlight en este corto viaje por el arte. Abrazos.

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  7. De Ionesco no he visto esa obra que comentas aunque si que recuerdo que también fue de Ionesco una de mis primeras incursiones en el mundo del teatro con su obra "La cantante calva" en la que me pasó como a tí, que no entendí nada.

    Gracias a tí, túconmigo, por pasar por aquí y leer estas pequeñas historias. Tus comentarios siempre me parecen inteligentes. Un abrazo.

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  8. Pues la verdad Lamarée es que tienes razón. Se sabe que la imagen de Clara sirvió para documentar la ingente obra del naturalista francés Georges Louis Leclerc (el conde de Buffon) realizada entre 1749 y 1788 corrigiendo los datos anátomicos que se tenían sobre el rinoceronte basados principalmente en un grabado realizado por el pintor alemán Albrecht Dürer (Durero) en 1515 el cual no había llegado a ver ningún rinoceronte sino que se había inspirado en el dibujo realizado por un artista desconocido al famoso rinoceronte que Manuel I envió como regalo al Papa León X.

    Bueno, una de rinocerontes. Saludos amiga.

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  9. No es de los cuadros que tendría en mi posible colección y, sin embargo, valoro su mérito y el animal me inspira ternura. Ya ves...
    Gracias, una vez más, por mostrarnos lados inesperados que alguien pintó sin yo saberlo.
    Un abrazo, Presley.

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  10. Estoy de acuerdo contigo Gloria en que este no es un cuadro para tener en mi colección - bueno, si me lo regalan me lo pienso - por aquello de que no resultaría nada decorativo en el salón este negro rinoceronte, aunque nos inspire ternura. Mejor algo más colorista.

    Gracias a ti por tus siempre cariñosas visitas.

    Un abrazo Gloria.

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  11. Este cuadro siempre me ha llamado la atención, extrañado, desde joven.
    Feliz domingo.

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  12. Alba. No me extraña que te extrañe porque realmente es un cuadro extraño.

    Un saludo y gracias por tus visitas.

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  13. Qué cuadro más curioso y qué historia la de la rinoceronte Clara de vida algo más agitada, mutilación de su cuerno incluida, que la de otro animal traído desde el Sudán a Europa años después: una jirafa a la que dediqué una entrada también “La jirafa viajera”. Tuve que subir para ilustrar el artículo -al igual que los textos, todas las ilustraciones son mías- una que hice de un antiguo sello francés.
    Además de las nuevas, ya ire leyendo, poco a poco, otras entradas antiguas, todas muy interesantes. Un saludo.

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  14. Amigo dlt, he leído tu antigua entrada sobre la jirafa viajera y como ya te he comentado en tu blog, me ha resultado muy interesante y amena. Yo también voy leyendo poco a poco tus entradas. Un saludo.

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