jueves, 31 de marzo de 2011

La tertulia del Café de Pombo - José Gutierrez Solana





El "Café de Pombo" fue un modesto y sombrío Café situado en el número 4 de la calle Carretas, a escasos metros de la Puerta del Sol en Madrid.

En este Café montó su tertulia literaria en 1912 el escritor y periodista Ramón Gomez de la Serna, el inventor de las famosas "greguerías", un juego literario consistente en la construcción de una frase corta e ingeniosa para definir algo. A esta tertulia que se celebraba todos los sábados por la noche y que duraba hasta bien entrada la madrugada acudían un grupo de intelectuales amigos del escritor que se convirtieron en asiduos de lo que se denominó “La Sagrada cripta del Pombo” ya que, esta tertulia se celebraba en un pequeño reservado ubicado dentro del Café y a nivel inferior del mismo lo que le daba un auténtico carácter de cripta.

Al pintor Gutierrez Solana, amigo de Gomez de la Serna, le encargó este en 1920 que hiciera un retrato dentro del local en el que apareciesen los asiduos a dichas veladas y así nació este cuadro en el que si no están todos los que eran, si aparecen muchos de los que se reunían allí todos los sábados. En él están retratados de izquierda a derecha y rodeando a Gomez de la Serna que es el que se encuentra de pié, el escritor, periodista y crítico teatral, Tomás Borrás; el también escritor y periodista además de crítico literario y de arte, Manuel Abril; el ensayista, poeta y dramaturgo representante de la Generación del 27 y hombre de fuertes convicciones republicanas que le valdrían el exilio despues de la guerra civil, José Bergamín; el pintor santanderino discípulo de Puvis de Chavannes y gran amigo y protector de Solana y al que este pintaría en otro de sus lienzos, José Cabrero Mons; el poeta, ensayista y catedrático de filosofía, Mauricio Bacarisse; el propio Solana; el escritor y diplomático venezolano, Pedro Emilio Coll y el escritor y dibujante creador del semanario infantil Pinocho y gran amigo de Manuel Abril, Salvador Bartolozzi.

Todos los personajes aquí retratados muestran una expresión hierática y ausente adoptando una postura rígida y forzada y hasta la naturaleza muerta formada por los objetos esparcidos sobre la mesa parece tener más vida que los propios personajes. El predominio del color negro crea la atmosfera clásica de la obra pictorica de Solana, su inconfundible aspecto que él recrea en su serie de "La España Negra".

Este lienzo, una de las obras más emblemáticas del pintor y escritor José Gutiérrez Solana, ha sido noticia hace unos días al informar el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, museo en el que se conserva este cuadro, de la aparición de una pintura de motivo religioso existente bajo la ya conocida y consistente en el interior de una iglesia con un altar barroco y una figura arrodillada delante de él. Dicho descubrimiento fue realizado durante los trabajos de restauración de dicho cuadro al apreciarse la aparición de grietas y craquelados y ser sometido a unas pruebas radiográficas y ultravioletas previas.

Este cuadro estuvo colgado en el "Cafe de Pombo" hasta la desaparición de la tertulia debido al comienzo de la Guerra Civil Española pasando el cuadro a manos de Ramón Gomez de la Serna.

Seguramente, durante todo el tiempo que el cuadro estuvo presidiendo aquella tertulia, solamente el pintor sabía que debajo de aquellos personajes existía otro motivo pictórico, motivo que la técnica acabaría descubriendo casi cien años después de pintado.

Para más información sobre esta noticia pulse aquí.

martes, 29 de marzo de 2011

Noche de verano en la playa de Skagen - Peder Severin Krøyer


A finales del siglo XIX Skagen era un pequeño pueblo de osados pescadores situado en la zona más septentrional de Dinamarca en la peninsula de Jutlandia, una zona bañada por el mar del Norte al oeste y el Báltico al este y que en los veranos se convertía en lugar de veraneo de escritores y artistas, principalmente daneses, enamorados de la belleza natural del lugar formado por playas kilométricas y dunas gigantescas en constante movimiento.

Allí se daban cita, entre otros, Severin Krøyer y Michael Ancher con sus respectivas mujeres, las pintoras, Marie Krøyer y Anna Ancher, los también pintores Carl Locher, Viggo Johansen, Laurits Tuxen y el noruego Christian Krohg, así como el poeta y pintor Holger Drachman - hoy enterrado en la playa de Skagen en un sepulcro que diseñó Severin Kroyer - los compositores Carl Nielsen y Hugo Alfven, el escritor y poeta Hans Christian Andersen, y el novelista Henrik Pontoppidan, escritor que alcanzaría el Premio Nobel de literatura en 1917.

El noruego Severin Krøyer y su mujer eran grandes amigos de los Ancher, los cuales, vivían durante todo el año en Skagen por lo que cuando se juntaban en los veranos aprovechaban para pasar largas veladas reunidos y para retratarse entre ellos.

En el verano de 1893 pintó Severin Krøyer este cuadro en el que se ve a su mujer Marie paseando a la caída de la tarde por la playa de Skagen en compañia de su amiga Anna Ancher, un cuadro al estilo de la serie que Krøyer pintó en los años 90 y en los que retrató a sus amigos, esposa y a él mismo vestidos generalmente de blanco y caminando a lo largo de aquellas playas de Skagen a esa hora del crepúsculo veraniego que allí, en Skagen, no termina nunca de llegar aportando al entorno un color azulado que iguala el cielo, el mar y la arena.

En esta obra se nota el encuadre fotográfico y la profundidad de campo fruto del pase de una escena fotografíada al lienzo, detalle que se manifestará en la composición de sus cuadros a raiz de la compra hecha por Krøyer en 1885 de una cámara fotográfica.

Este cuadro se puede contemplar en el Skagens Museum, Skagen, Dinamarca.

Pulsa aquí si deseas ver un vídeo sobre la obra de Krøyer.

lunes, 28 de marzo de 2011

Sylvia von Harden - Otto Dix


Que el director Bob Fosse estudió hasta el más mínimo detalle en su maravillosa película "Cabaret", lo prueba el plano que la cámara recrea unos breves segundos durante la actuación del Maestro de Ceremonias del "Kit Kat Club" cantando su "Willkommen, Bienvenue, Welcome", plano que recuerda a una mujer cuya apariencia y pose inmortalizara Otto Dix en su cuadro, dedicado a la periodista Sylvia von Harden.

Sylvia von Harden (1894, 1963) nacida en Hamburgo, fue realmente más famosa por la pintura que de ella hizo Otto Dix que por su labor como poeta y periodista limitada a una columna que escribía mensualmente en una revista literaria y a dos volúmenes de poesía.

El aspecto andrógino de Sylvia, su pelo a lo garçon y su monóculo, hicieron que, según relató la propia Sylvia en un articulo que escribió sobre la génesis del retrato, este la abordase en la misma calle pidiéndola que le dejase pintarla alegando que era una representante de toda una época.

Para Otto Dix, uno de los integrantes de la Nueva Objetividad, representar lo que era la Alemania de entreguerras, con sus tullidos y mutilados de guerra, sus prostitutas y cabarets y su nueva sociedad generada durante la República de Weismar, constituía un medio de espantar, como él decía, el fantasma de la guerra del que no se había podido deshacer.

A Sylvia la pintó en 1926 en el "Romanisches Cafe", un lugar de encuentro de intelectuales y artistas de aquellos años, bebiendo un martini y fumando como solo lo sabían hacer las mujeres que jugaban a ser  observadas por ser distintas a su tiempo.

Este cuadro se conserva en el Museo Nacional de Arte Moderno Centro Georges Pompidou de París.

Si se quiere entretener en localizar a la doble de Sylvia en el fragmento de "Cabaret" pinche aquí.

viernes, 25 de marzo de 2011

Nameless and Friendless - Emily Mary Osborn


El titulo no puede ser más significativo "Sin nombre y sin amigos". Efectivamente, eso es lo que debe estar pensando esa joven enlutada mientras el anticuario sopesa el posible valor del cuadro que ella le ha traído acompañada por su hermano pequeño.

Si uno no es famoso, se es mujer y se tienen pocos o ningún amigo dentro del mundo del arte es difícil que el excéptico observador de la obra vaya a ser muy generoso. No importa que en casa sean un montón de bocas que se han quedado huérfanas y que ella esté dispuesta a malvender su arte. Ni al marchante ni a los dos libidinosos que la escrutan, igual que al grabado que tienen entre manos, les importará seguramente demasiado.

Mary Osborn, una pintora inglesa nacida en 1834, en plena era victoriana, fue miembro de la Sociedad de Mujeres Artistas, una formación nacida en Inglaterra con el objeto de reivindicar los derechos de las mujeres artistas y la necesidad de que su obra fuera valorada y considerada igual que la de los pintores del sexo masculino. El cuadro "Nameless and friensless", pintado por ella en 1857, fue presentado en la Exposición Internacional de 1862 obteniendo un gran éxito y aumentando la popularidad y cotización de esta pintora.

Se dice que la escena representada en el lienzo se basó en la novela "Self Control" de la escritora inglesa María Brunton en la que se relatan las luchas de una pintora para conseguir vender sus cuadros y poder así salvar a su padre de la ruina financiera.

Este cuadro, el más conocido en la obra de Osborn, se exhibe en la Tate Britain de Londres. De él hizo Osborn un estudio previo que se conserva en la York Art Gallery.

jueves, 24 de marzo de 2011

La Fuensanta - Julio Romero de Torres


Mucho es lo que se conoce y mucho lo que se ha escrito sobre las mujeres que posaron para el pintor cordobés Julio Romero de Torres, un pintor en el que la mujer ocupó siempre un lugar principal en su pintura, una pintura altamente simbólica y en el que ella representará la dualidad. La mujer será la inocencia y la provocación, la castidad y el pecado, lo sagrado y lo profano.

A lo largo de su vida como pintor, Julio Romero buscará un tipo de mujer que se corresponda con su modelo de mujer española y que encaje con el carácter casi étnico de sus cuadros en los que aparecen objetos tales como guitarras españolas, mantones de manila, sombreros cordobeses, cántaros y rosarios y que se pueden considerar símbolos de esa cultura andaluza que él siente y que extiende a lo español.

Sus modelos serán cetrinas, algo agitanadas, potentes, de largos y negros cabellos y grandes ojos y adornadas de una alta dosis de sensualidad en la mirada.

Estas características reunía la mujer que aparece retratada en “La Fuensanta”, una conocida modelo de Julio Romero llamada María Teresa López González, una argentina hija de emigrantes españoles regresados a España y afincados en Córdoba

Teresa empezó a posar para Julio Romero con solo 12 años debido a la vecindad que tenía con el estudio del pintor en Córdoba y que hizo que él reparase en aquella niña a la que iría pintando en numerosos cuadros y por la que llegó a sentir una atracción irresistible. Cuando Julio la retrató en este cuadro Teresa tenía 16 años y de ella se llegó a decir que había sido su amante, relación que ella siempre negó y que ratificó poco antes de su muerte en el 2003 en una olvidada residencia de ancianos.

En este cuadro, aparece apoyada sobre un cántaro plateado y al lado de una fuente que dá nombre al cuadro y que debe corresponder a la del Santuario de La Fuensanta, en Córdoba, un lugar donde la tradición sitúa la aparición de la Virgen y a cuyo manantial se le atribuyen propiedades curativas. Como en toda la obra de Julio Romero, se entroncan los símbolos, la tradición, la religión y la sensualidad.

Como anécdota, citar que este cuadro pertenece al imaginario español ya que, su imagen figuró reproducida en los billetes de 100 pesetas que se emitieron en España en 1953 y estuvieron en circulación hasta 1978. Curiosamente, este lienzo estuvo desaparecido desde 1930, en que fue vendido por Julio en la Exposición Iberoamericana de ese año a un coleccionista de arte, hasta el 2006, año en que apareció en Buenos Aires en manos de un coleccionista argentino. Sacado a subasta por Sotheby's en Londres, en 2007, se vendió por la nada desdeñable cifra de 1,173,000 euros, todo un récord para el artista. La pintura fue comprada por un coleccionista desconocido que pujó por teléfono.

Este cuadro fue pintado en 1929 y junto con el de "La Chiquita Piconera" - cuya modelo también fue María Teresa López - fue uno de los últimos cuadros de Julio antes de su muerte en 1930.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Bocca Baciata - Dante Gabriel Rossetti


Dante Gabriel Rossetti (1828-1882), fue un poeta y pintor inglés fundador en 1848 junto con William Holman Hunt y John Everett Millais de la "Hermandad Prerrafaelita", un movimiento pictórico que surge a la búsqueda del estilo pre-renacentista intentando recuperar un arte más espontáneo basado en el simbolismo, la naturaleza y la técnica de los pintores flamencos e italianos de ese período.

Las modelos jugarán un papel importante en la obra de estos prerrafaelistas a la búsqueda de un cánon determinado de mujer que una vez encontrada, compartirán para inspiración de su obra.

Son varias las mujeres que trabajarán como modelos para Dante Gabriel Rossetti. Las primeras serán su madre y su hermana Cristina, dos mujeres que ya aparecen juntas en el cuadro de "La Niñez de la Virgen María". Después, será una bella costurera de buena familia, descubierta por Millais para su cuadro "Ofelia", Elizabeth Eleanor Siddal, la que que se convertirá en su musa y modelo y con la que llegará a casarse. Con la muerte temprana de Elizabeth penetra en su vida una prostituta pelirroja de carnosos labios y algo entrada en carnes llamada Fanny Cornforth, a la que ya había conocido y pintado en vida de Elizabeth y que se convertirá en su modelo favorita, retratándola en más de sesenta obras, así como en su amante y amiga hasta el final de sus días. Junto con Fanny, otras mujeres serán retratadas y amadas por Rossetti, como es el caso de Alexa Wilding, Jane Burden la mujer y modelo del también pintor y escritor William Morris, Annie Miller, amante y modelo de su compañero de "Hermandad" Holman Hunt, María Zambaco, el amor del pintor Edwar Burne-Jones y Marie Spartalli Stilman, una bella pintora griega adscrita al movimiento prerrafaelista.

En "Bocca Baciata" (Boca besada), también titulado "La canción de la alcoba" y pintado en 1859, Rossetti usa como modelo a la pelirroja Fanny Cornforth para pintar un cuadro sensual en el que hace destacar los labios de la modelo colocando una manzana en primer término como símbolo bíblico de la tentación.

El cuadro, un óleo sobre tabla, marca un inicio en la obra de Rossetti en lo que respecta a sus voluptuosos retratos con un marcado estilo veneciano. En el revés del cuadro existe una inscripción realizada por Rossetti basada en el Decamerón de Boccaccio, que dice:

"Bocca baciata non perde ventura, anzi rinnova come fa la luna." que podríamos traducir como "La boca besada no pierde su frescura sino que se renueva como la luna".

Este cuadro se puede contemplar en el Museum of Fine Arts de Boston.

Si desea ver un agradable video en el que se muestra la relación mujeres - retratos en la obra de Rossetti pulse aquí.



martes, 22 de marzo de 2011

Las luchadoras del Tabarin - Kees Van Dogen


El "Bal Tabarin" fue un cabaret parisino situado en la zona de Pigalle célebre por sus atracciones de coristas, acróbatas y números subidos de tono tales como como el espectáculo con influencia javanésa de las "luchadoras" y que daría nombre al cuadro.

El ambiente de este local fue pintado por numerosos pintores como Jules Pascin, Touluse Lautrec, George Rouault, Alexandre Grun, Abel-Truchet y el propio Kees van Dongen entre otros.

1907, el año en que Kees van Dongen pintó este cuadro, entra dentro del período en que él vive y tiene su estudio en el destartalado y ruinoso apartamento del Bateau-Lavoir, en la parte alta de Momtmartre, teniendo como vecino a su amigo Picasso y con el que visitará asiduamente los locales de la zona tales como el "Circo Medrano", el "Folies Bergères", el "Moulin de la Galette" y el "Bal Tabarin" y en los que se inspirará para su serie de cuadros de payasos, acróbatas y bailarinas.

El cuadro muestra a diez mujeres, a diez "lutteuses" estáticas, colocadas simétricamente como para una fotografía y en actitud oferente. No muestran sus habilidades sino que parecen ofrecer al espectador sus rotundos y musculosos cuerpos embutidos en unas mallas rosas como si de mujeres de un harén o prostíbulo se tratase.

Presentado en el Salón de los Independientes de 1907 recibió las críticas de Guillaume Apollinaire, el redactor del manifiesto cubista y protector del fauvismo, el mismo que luego le ensalzaría dos años después, lamentando que usase los más bellos colores en mostrar la prostitución o las "desgracias urbanas".

"Las luchadoras del Tabarin" se estima que está inspirado en las "Demoiselles d’Avignon", cuadro que Picasso acababa de pintar y ambos a su vez en el de "Las bañistas" de Cezanne, obra de la que también Matisse y Derain habían hecho sus versiones.

Picasso con su obra fundaba el cubismo y Kees van Dongen, por su parte, comandaba con Matisse el movimiento que el crítico Louis Vauxcelles bautizara en el Salón de Otoño de París en 1905 como el fauvismo.

Este cuadro, se conserva en el Nouveau Musée National (NMNM) en Mónaco, lugar en el que Kees van Dongen vivió desde el año 1949 hasta su muerte en mayo de 1968.

viernes, 18 de marzo de 2011

American Gothic - Grant Wood


“Gótico americano”, la obra del pintor de Iowa, Grant Wood (1891-1942) se estima que es la pintura mejor conocida por los estadounidense y un auténtico icono del llamado regionalismo norteamericano.

Pintura criticada, alabada y caricaturizada desde su creación, fue gestada en 1930 a la vuelta de Wood de uno de sus viajes a Munich donde pasó temporadas en su primera época como pintor ya que, ciertos trabajos, consistieron en el diseño de murales y vidrieras para grandes ventanales que eran fabricados en dicha ciudad. En Alemania se debió impregnar Wood del movimiento pictórico de entreguerras existente en aquellos momentos formado por el grupo de Otto Dix, Max Becman, Christian Schad y George Gros (La Nueva Objetividad), así como de la arquitectura de las catedrales y de las pinturas góticas y renacentistas que pudo contemplar en los museos. Según el propio Wood, Alemania le había influido poderosamente para la creación de este cuadro.

Al parecer, Wood descubrió, en uno de sus paseos, el edificio de madera que figura en el cuadro en un lugar cerca de Eldon, Iowa, sorprendiéndole vivamente y tomando unos apuntes de él. Una vez en su estudio, pensó en colocar dos personas, dos americanos, hombre y mujer, con aire de granjeros. La labor de encontrar quién quisiera posar para aquél cuadro fue complicada ya que nadie se quería prestar por lo que al final fueron la propia hermana menor de Wood, Nan y su dentista, el señor McKeeby, los que se animaron a quedar retratados con la promesa de que no serían reconocidos, promesa que Wood no cumplió.

Al dentista le vistió como a un auténtico granjero de la zona y armado con una horquilla de largas púas y a Nan, le colocó el mismo medallón o camafeo que lucía su madre en un retrato anterior titulado, “Woman with plants”.

Ambos aparecen en un primer plano, muy estilizados y con la imagen de la granja a sus espaldas de la que destaca su ventana ojival. La expresión de ambos es seria y no se puede evitar mirarles a los ojos, los de ella clavados en algún punto indeterminado y los de él mirando sin ver al espectador.

El cuadro, una vez pintado, sufrió todas las críticas imaginables y se le reprochó a Wood que hubiera intentado ridiculizar a la gente del campo a lo que Wood adujo que él solo había querido representar la auténtica imagen del americano, de lo que él veía a su alrededor.

De este cuadro se han realizado cientos de versiones de todo tipo e intención. La pareja ha sido versionada como una pareja de pijos, terroristas, drogatas, atletas o como los Reagan, los Nixon o los Clinton.

Wood consiguió vender este cuadro en 300 doláres al The Art Institute de Chicago donde se puede contemplar. Hoy en día, Grant Wood es un pintor bastante más cotizado que cuando vendió este cuadro. Sotheby’s subastó hace algún tiempo uno de sus paisajes en la nada desdeñable cifra de siete millones de dólares.

jueves, 17 de marzo de 2011

Marina maquillando a Luciano - Franz Gertsch


Viendo este cuadro de Franz Gertsch, el pintor suizo hiperrealista, uno casi espera escuchar el solo de saxofón que sonaba - suena - al final de “Walk on the wild side”, la canción amarga dedicada por Lou Reed a los travestis que él conoció en “El Dom”, el club de la "Fábrica Warhol" o, tal vez, la voz de la asexuada Patti Smith - a la que también retrató Gertsch - y su desgarrada versión de “Hey Joe”. Uno percibe, ve, el equívoco mundo de la androginia, del quien es quien y el cual de los dos es él o ella.

A Luciano Castelli, pintor también suizo, lo pintó Franz Gertsch en una serie de trece cuadros en los que aparece en varios de ellos junto a los amigos comunes de ambos.

En este, el fotorrealismo de Gertsch nos muestra la ambiguedad de la sexualidad de los personajes representados, ambiguedad que se manifestó con toda su fuerza en la que fue segunda mitad del siglo XX. ¿Es Marina la que maquilla a Luciano?. ¿Quién es el hombre, quién es la mujer? Queda la duda y el espectador, al otro lado del cuadro, se siente tremendamente voyeur.

Pintado en 1975, se puede contemplar en el Museum Ludwig,Köln.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Maiko - Kuroda Seiki


Kuroda Seiki, (1866-1924), fue el seudónimo de un pintor japonés llamado realmente Kiyoteru Kuroda, un pintor famoso por haber introducido el modelo de pintura occidental en Japón rompiendo los moldes y reticencias existentes en la cultura pictórica nipona.

Hijo de un samurai, fue adoptado por su tío paterno, hombre muy relacionado con las esferas cercanas al emperador, recibiendo una buena formación académica y linguística que le permitiría marchar a Francia con diecisiete años a estudiar la carrera de Derecho. Aficionado a la pintura, entra en París en contacto con los pintores Hosui Yamamoto y Fuji Masazo, así como con el marchante y especialista en ukiyo-e, Tadamasa Hayashi, los cuales le intentan convencer de que deje los estudios de Derecho y se dedique a la pintura, lo que al final hará, entrando en el estudio de Rafhaël Collin, un joven pintor académicista vagamente influido por el impresionismo y formado por Bouguereau y Cabanel y que ya había tenido como alumno a Fuji Masazo. En 1890 conoce a la que será su mujer y modelo en muchas de sus obras, María Billault.

En 1893, después del exito obtenido con una de sus mejores obras - luego destruída- “Aseo matinal”, en el que representa a una muchacha desnuda, emprende el viaje a Japón con su obra bajo el brazo, encontrando un gran rechazo por parte de la sociedad nipona opuesta a la exhibición de desnudos en el arte.

En 1895 obtiene un gran exito con este mismo cuadro en una exposición en Kioto consiguiendo la admiración de muchos pintores japoneses seguidores en ese momento de la "Bijutsukai Meiji", un movimiento de pintores de estilo occidental en el que llegará a provocar la escisión formándose dos grupos de distinta tendencia o conservadurismo.

Con los años, su pintura es reconocida y superados los tabues existentes ocupa el puesto de director de la Universidad Nacional de Tokio de Bellas Artes y Música convirtiéndose posteriormente en pintor de la Corte Imperial. En 1922, es nombrado jefe de la Imperial Academia de Bellas Artes. y en 1923 galardonado con la Gran Cruz de la Legión de Honor.

El cuadro “Maiko” lo pintó Kuroda en 1893 a su regreso a Japón. Después de tantos años fuera de su país y formado en la cultura occidental, quedó sorprendido con el mundo que encontró iniciando un viaje por el país en el que plasmaría con su técnica occidental, parte de aquellas costumbres orientales. Así, surge este cuadro en el que pinta a una joven “maiko”, una aprendiz de “geisha”, ataviada con un colorido “kimono” ceñido con el ancho “obi” y bajo el cual asoma el “nagajuban” de color rojo como corresponde a una "maiko". Seguramente, la mujer que está a su lado es su maestra, su "geisha" mentora o "onee-san". Ambas charlan junto a un gran ventanal de la que debe ser su escuela u “okiya”, su hogar en el que permanecerá hasta que se convierta en una “geisha”.

Un bello cuadro que nos devuelve a momentos más serenos que los que vive Japón en estos momentos y que se puede contemplar en el Tokyo National Museum de Tokyo.

martes, 15 de marzo de 2011

Isabel Rawsthorne standing in a street in Soho - Francis Bacon


Pintora, diseñadora y modelo de innumerables artistas, la británica Isabel Rawsthorne (1912-1992) vivió un siglo en el arte, con el arte y para el arte sin despreciar los goces de lo mundano.

Casada tres veces, primero con el periodista Sefton Delmer, corresponsal que fue del Daily Express durante la Guerra Civil española y la invasión de Polonia por la Wehrmacht en 1939 y del que se divorciaría durante la 2ª Guerra Mundial; después, en 1947, con Constant Lambert, un compositor y director de orquesta  famoso por sus trabajos para el ballet ruso de Serge Diaghilev’s y, tras la muerte de este en 1951, con el también compositor británico Alan Rawsthorne.

Su vida a caballo entre París y Londres le permitió establecer una buena relación con sus contemporáneos André Derain, Jacob Epstein, Alberto Giacometti, Balthus, Eduardo Paolozzi, Pablo Picasso y Francis Bacon entre otros y dar a conocer su obra en los círculos pictóricos europeos. También mantuvo una relación social en los ambientes cultos en que se movían Simone de Beauvoir, Sartre, Jean Wahl, René Leibowitz y Georges Bataille con quién se dice que mantuvo relaciones al igual que con su gran amigo, Alberto Giacometti.

A Francis Bacon le conoció en Londres, durante su segundo matrimonio, formando con él y el pintor Lucian Freud un grupo puntero en la pintura figurativa.

En su relación pictorica con Francis Bacon, ella le sirvió como modelo en numerosos retratos y en la relación personal, tal vez como amante, a pesar de ser Bacon, un conocido homosexual. De Francis Bacon se cuenta que dijo durante una entrevista a una famosa revista francesa: "Tú sabes, yo también hice el amor con Isabel Rawsthorne, una mujer muy hermosa que fue modelo de Derain y novia de Georges Bataille".

En este enigmático cuadro titulado "Isabel Rawsthorne, de pie en una calle en el Soho", Francis Bacon retrató a Isabel basándose en dos fotografías que John Deakin, un fotografo inglés ligado al grupo de Bacon, había hecho a Isabel por encargo de este.

Ella estaba de pie delante de un escaparate con un automóvil a sus espaldas, automóvil que Bacon transforma en un toro-automóvil situando a Isabel en una especie de ruedo y en la línea entre sol y sombra, esta última de un azul intenso.

De sus manos parece pender lo que puede ser un capote y su postura, altiva, recuerda la figura del matador. A la derecha y sobre esa especie de espejo cóncavo, una serie de espectadores contempla la faena.

Bacon fue un enamorado de España y de la fiesta de los toros a la que asistió con frecuencia y de la que realizó su serie de "Tauromaquias". Este cuadro pintado en 1967 pudo ser un avance o estudio para dichas tauromaquias.

Esta obra se conserva en el Staatliche Museen zu Berlin, Nationalgalerie.

domingo, 13 de marzo de 2011

El bufón Don Sebastián de Morra - Diego Velázquez


Los bufones fueron personajes que debido a sus habilidades y a sus características físicas o mentales con algún grado de deficiencia o minusvalía que los hacía más llamativos, nutrieron las cortes para distracción o compañia de reyes y cortesanos. En España, fue con los Austrias donde alcanzarían su máximo apogeo abundando entre estos bufones los enanos, los hidrocefálicos, los cretinos y también algunos sin ningún tipo de tara congénita, desapareciendo de las cortes palaciegas con la llegada del primero de  los Borbones. 

Sebastián de Morra formó parte de aquel numeroso grupo de individuos con esta denominación que circulaban por la corte de Felipe IV y entre los que se encontraban personajes cuyas identidades nos han llegado gracias a los retratos de muchos de ellos a los que pintó Velázquez como pintor de la corte que era.

Este personaje, un acondroplásico pero dotado de una inteligencia normal, había servido al Cardenal Infante don Fernando de Austria - hijo de Felipe III - durante su estancia en Flandes y a la muerte de este en 1641 regresó a España entrando al servicio del príncipe Baltasar Carlos, en la corte de Felipe IV, con el que permanecería hasta la muerte del príncipe en 1646. Al parecer, este le tuvo un gran cariño y respeto habiéndole dado el tratamiento de "don" y colocado un criado para su servicio. Se sabe también que en su testamento le legó su excelente equipo de caza a la que era muy aficionado.

Velázquez le retrata sentado en el suelo, con sus piernas estiradas y los puños cerrados y con una expresión en el rostro entre melancólica y grave pero dotada de una gran elegancia así como una profundidad en la mirada que consigue magnificar al personaje frente a su pobreza física. La indumentaria que viste, consistente en un traje de paño verde con cuello y puños de encaje de Flandes y una ropilla púrpura con galones de oro sobre los hombros dan idea de su alta condición ya que estos eran ropajes más propios de un príncipe que de un simple servidor.

Su mundo estuvo al lado del de los otros enanos y bufones que conocemos a través de Velázquez como fueron Nicolasito Pertusato, enano que aparece junto a la también enana María Bárbara de Asquin (Maribárbola) en el cuadro de "Las Meninas", el cretino Francisco Lezcano (El niño de Vallecas), Pablo de Valladolid, Juan Calabazas ( Calabacillas), un hidrocéfalo al que retrataría en dos ocasiones y Diego de Acedo, otro enano de inteligencia normal, funcionario de palacio y encargado de la estampilla con la firma del rey y al que se conocería como "El Primo".

A todos ellos los pintó Velázquez con una gran dignidad y sin ánimo de ridiculizarles, dejándolos retratados para la posteridad como parte que fueron de aquel mundo palaciego de Felipe IV.

Don Sebastián de Morra murió en 1649, cinco años después de pintado este retrato, el cual, se puede contemplar en el Museo Nacional del Prado, Madrid.

sábado, 12 de marzo de 2011

Retrato de Jaime Sabartés - Pablo Picasso


Nacido en Barcelona en 1881, Jaime Sabartés fue un escritor, escultor, comerciante, marchante, periodista y profesor de instituto antes de pasar a convertirse en el secretario personal de Picasso, su gran amigo desde que tenía dieciocho años y al que permanecería ligado hasta su muerte en 1968.

Picasso y Sabartés se habían conocido en "Els Quatre Gats", un local de Barcelona en el que se reunía toda la intelectualidad de la época y del que ambos eran clientes habituales. Su amistad continuó al marchar Picasso a París, ciudad a la que iría Sabartés a pasar una temporada hasta su marcha a Guatemala a la búsqueda de nuevos horizontes laborales.

En 1934, Jaime estaba atravesando una grave crisis económica por lo que Picasso le ofreció el hacerse cargo de sus asuntos personales a lo que Sabartés aceptó instalándose en París junto a Picasso.

Se comenta que este, no era excesivamente generoso con el sueldo que le pagaba pero si le iba regalando pinturas, grabados y dibujos que Sabartés fue juntando hasta llegar a tener una abundante muestra de la obra del pintor malagueño.

En 1960, Jaime Sabartés decidió donar todas sus obras a una institución y siguiendo los consejos de Picasso donó toda su colección al que luego sería el Museu Picasso de Barcelona y cuyos fondos ampliaría el mismo Picasso unos años más tarde.

A lo largo de su vida, Picasso retrató en numerosas ocasiones a Jaime Sabartés y uno de sus primeros retratos fue este en el que se ve a Jaime sentado delante de una gran cerveza y con cara de aburrimiento. Se cuenta, que Sabartés estaba recién llegado a París en 1901 y había quedado con Picasso en el "Café de La Lorena", cerca del Museo de Cluny. Sabartés que había llegado antes, a pesar de padecer una severa miopía se había quitado las gafas con lo cual, su rostro, presentaba un gesto entre aburrido y adormilado que provocó una gran hilaridad a Picasso cuando llegó al café acompañado de sus amigos y sorprendió a Jaime en esa pose con la que luego le pintaría reviviendo su expresión.

Al parecer, Jaime, al ver el cuadro una vez pintado exclamó que el allí retratado era "el fantasma de su soledad". Sin él saberlo había servido de modelo durante su ensoñación.

Este cuadro se conserva en el Pushkin State Museum of Fine Arts, Moscow.

jueves, 10 de marzo de 2011

The effects of intemperance - Jan Steen


Jan Havickszoon Steen fue un pintor holandés nacido en 1676 y discipulo de Nicolaes Knupfer, un pintor alemán radicado en Utrech. Posteriormente fue ayudante del pintor Jan van Goyen con cuya hija, Margriet de van Goyen, se casó y tuvo siete hijos.

Jan Sten viajó por toda Holanda y trabajó en ciudades como Delft, Warmond y Haarlem, estableciéndose finalmente en Leyden, su ciudad natal.

La pintura de Jan Steen se encaja dentro de la de sus contemporáneos, Vermeer, Rembrandt o Frans Hals,  destacando por su pintura cargada de un humor entre satírico y moralizante. Jan Sten es el "pintor del caos", un tema que abunda en su producción y del que es una muestra este cuadro, “Los efectos de la intemperancia”

En él, realmente, reina el caos. Una madre de familia permanece postrada a la entrada de su casa bajo los efectos del alcohol. A juzgar por el tamaño de la jarra vacía y los restos de comida esparcidos por el suelo, dá la impresión de que ha bebido bastante más de lo que ha comido. A su alrededor, un grupo de niños que seguramente son sus hijos, se dedican a hacer sus maldades. Así, uno de ellos rebusca en el bolsillo abierto de su madre seguramente para quitarle unas monedas. Otros tres le acaban de dar al gato el pastel de carne que seguramente había preparado su madre antes de coger la borrachera y otro más, se dedica a alimentar con rosas a un cerdo que se ha colado en el desmadre. El pequeño braserillo con el que encendía el tabaco de la pipa que ya resbala de su mano está a punto de prenderle el vestido. A todo ello la que parece la sirvienta, que también debe ir algo cargada, le ofrece al loro los restos de vino que quedan en la copa. Por si fuera poco, al fondo se aprecia a un hombre que se supone es el esposo de la borrachina, jugando con una pechugona que se ha sentado en sus rodillas.

Como decíamos, la pintura de Steen tiene una gran carga moralizante y según los seguidores y conocedores de la obra de Steen, se basa en proverbios y refranes de la cultura popular holandesa. Así al detalle del niño robando sería de aplicación el refrán de “la ocasión hace al ladrón” y la cesta que cuelga sobre la cabeza de la madre anuncia el destino de aquellos que crecen sin la guía de los padres y contiene la muleta y el badajo de los mendigos en que se convertirán, así como, la rama para azotar, simbolo del castigo judicial.

Este cuadro es muy célebre en los Paises Bajos ya que, cuando se establece el caos en un hogar, se dice humorísticamente que esa casa se ha convertido en "un hogar Jan Steen”.

Según dicen los estudiosos de la vida de este pintor, su hogar era realmente un auténtico "hogar Jan Steen", un poco anárquico. Para este cuadro, tal vez posaron su mujer y posiblemente alguno de sus siete hijos.

Pintado entre 1663 y 1665, se exhibe en la National Gallery de Londres.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Un atelier aux Batignolles - Henri Fantin-Latour


Batignolles es un distrito o barrio parisino limitado al este por la Avenida de Clichy y al sur por el Boulevard de Batignolles. En este boulevard, en el número 21, existía un café llamado el "Café Guerbois" muy frecuentado en la segunda mitad del siglo XIX por artistas, pintores, escritores y músicos que celebraban en él unas animadas tertulias que lo habían convertido en un templo de la vanguardia artística de la época.

Allí se reunían asiduamente varios de los personajes que aparecen en este cuadro pintado por Fantin-Latour y a los que él llevará al estudio del pintor Manet, un estudio situado en pleno barrio de Batignolles.

Rodeando a Manet y de izquierda a derecha tenemos al pintor alemán Otto Schölderer, gran amigo de Manet y de Latour a los que había conocido ya en 1857 en sus primeros viajes a París realizados para estudiar la obra de Courbet. A su lado, el hombre con sombrero que observa atentamente el cuadro es Renoir, otro de los asiduos al café Guerbois. El personaje que mira hacia otro lado es el escritor Emile Zola, un defensor de los artistas rechazados por la crítica oficial y que ya en 1866 había publicado un articulo sobre Manet asegurando que sería uno de los artistas del futuro con plaza en El Louvre. Manet le había retratado a él con anterioridad y era manifiesta la gran amistad que les unía. Detrás de él, en segundo plano, está Edmond Maître, un funcionario del Ayuntamiento, pianista amateur y amigo de Latour debido a la gran afición musical de este así como del pintor Frédéric Bazille, el hombre del pantalón a cuadros que se encuentra al lado de Emile Zola. Casi tapado por Bazille asoma el también pintor Claude Monet que mira hacia el espectador. En primer plano, sentado en una silla y seguramente posando para Manet, tenemos a Zacharie Astruc, un pintor, escultor y poeta, amigo de Latour y uno de los primeros críticos de arte en valorar la pintura de Manet el cual le retrataría en más de una ocasión.

Un gran grupo de artistas y amigos observados por el ojo pintor de Fantin-Latour y por la estatuilla de la diosa Minerva que preside la reunión en el estudio de Batignolles.

Este cuadro, pintado en 1870, se exhibe en el Musée d'Orsay, París.

martes, 8 de marzo de 2011

Retrato con manzanas – August Macke


August Macke fue un pintor expresionista alemán integrante del grupo conocido como Der Blaue Reiter (El jinete azul), grupo fundado por Wassily Kandinsky y Franz Marc en Munich y a los que les unía la influencia del fauvismo y el cubismo.

Cuando Macke pinta este cuadro en 1909 su estilo, todavía impresionista, está ya orientándose al fauvismo como delatan la acentuación del color y el trazo.

La mujer que sostiene el plato de manzanas es Elisabeth Gerhardt, la esposa del pintor, embarazada en esas fechas de casi 7 meses y que relató posteriormente en sus Memorias el montaje que organizó Macke para pintar el cuadro.

“Construyó una tarima para que me situase en ella de forma que el retrato se viese desde un nivel inferior. Fijó un paño al techo colocándolo recogido en forma de cortina para decorar el escenario. Debido a mi estado yo no podía estar largo tiempo de pie de forma que él colocó una silla sobre la tarima para que pudiera estar sentada mientras me retrataba. Tengo un recuerdo particularmente bello de aquellas horas sentada, era para mi como pertenecer a su obra y colaborar en su creación; a veces, el ser que llevaba dentro de mí empezaba a patalear suavemente. Una sensación de felicidad para una joven mujer”.

Elisabeth fue su musa y su modelo en muchos de los cuadros de Macke. Este, moriría en el frente durante la 1ª Guerra Mundial, tan solo cuatro años después de pintado este cuadro que se conserva en la Städtische Galerie im Lenbachhaus, Munich.

lunes, 7 de marzo de 2011

Le rêve - Henri Rousseau (Le Douanier)


Henry Rousseau fue un pintor autodidacta. Nacido en 1844 en una familia humilde no pudo asistir a ninguna escuela de arte y de los varios empleos en los que trabajó, el más duradero fue el de recaudador de impuestos en el Servicio Municipal de Aduanas de París del que le vendría el mote de "El Aduanero" que años más tarde le pondría el escritor y amigo, Alfred Jarry.

A los 49 años abandonó su trabajo para dedicarse de lleno al mundo de la pintura y en el que nunca llegaría a ser un pintor demasiado valorado pero en el que dejaría una obra singular y con un estilo único aunque se le haya encuadrado generalmente dentro del "naif" y por algunos en el post-impresionismo francés y hasta en el surrealismo.

Dentro de su obra más singular destacan sus lienzos selváticos, pertenecientes a lo que él denominó como su "serie mejicana" y de la que llegó a propalar el bulo de que los había pintado en las selvas americanas cuando la realidad es que Rousseau jamás salió de su Francia natal.

Estos famosos cuadros, como el que hoy comentamos, fueron pintados en su estudio y para su creación se valió de los apuntes que tomó y los paseos que realizó por el Jardin des Plantes y por el Museo de Historia Natural de París, así como, de revistas, viejas fotos de viajes y colecciones de tarjetas postales. 

En este cuadro - el último que pintó antes de su muerte ese mismo año - retrata a una mujer desnuda que según un poema que adjuntó al cuadro, él denomina Yadwigha, y que está recostada en un sofá francés tipo “Louis Philippe” - idéntico a uno que él teniá en su atelier - colocado en una jungla exuberante de vegetación entre la que se mueven los leones, los pájaros exóticos, un elefante y alguna serpiente. Casi en el centro del cuadro y confundido con la vegetación se ve a un indígena tocando una flauta, muy al estilo de los encantadores de serpientes y por los que Rosseau parecía sentir una gran atracción pues ya había colocado un personaje similar en un cuadro anterior denominado “La encantadora de serpientes.”

Rousseau explicó su cuadro diciendo que este es la representación de un sueño. La mujer, Yadwigha, ha quedado dormida en su sofá y sueña que está en la selva, rodeada de animales y escuchando la música del encantador de serpientes.

Para Rousseau existían otros mundos pero estaban en él, en sus ensoñaciones. El mismo lo reconocía cuando afirmaba: "Cada vez que estoy en estos invernaderos y veo las extrañas plantas que existen en tierras exóticas, siento que estoy entrando en un sueño."

Este cuadro pintado en 1910, se exhibe en el Museum of Modern Art (MOMA), New York.

jueves, 3 de marzo de 2011

An Experiment on a Bird in the Air Pump - Joseph Wright "of Derby"


Joseph Wright (1734-1797) fue un pintor inglés nacido en la localidad de Derby y considerado el primer pintor que expresó a través de su pintura el auge industrial y los avances científicos del siglo XVIII. Hay que hacer notar que Derby, su ciudad natal, está enclavada en las "Midlands" inglesas, tierras que fueron la cuna de la "revolución industrial".

En este cuadro, Wright, pinta el momento de la realización de un experimento basado en la "bomba de aire" que Robert Boyle, físico e inventor irlandés, había diseñado casi un siglo antes, dando a luz su famosa "Ley de Boyle"  en la que formula la relación entre la presión y el volumen de los gases. Boyle también fue el pionero en descubrir la intervención del oxígeno en el aire y que casi un siglo más tarde refrendaría Lavoisier.

Aquí, el científico o realizador del experimento, ha introducido un pájaro - una cacatúa para ser exactos - en un recipiente de cristal conectado con unos tubos a su máquina por medio de la cual va extrayendo el aire de dicho recipiente demostrando de esta forma como el pobre pájaro muere al quedar sin él.

Una serie de personas rodean al científico y siguen el experimento con distinta atención o sentimiento iluminados por la luz de una vela colocada en el centro de la mesa. Así, tenemos al lado de él a una pareja de enamorados que parecen más interesados en contemplarse que en seguir los estertores de la cacatúa. Enfrente un hombre cronometra atentamente el proceso mientras a su lado un niño, fascinado, se retuerce buscando el mejor angulo de visión. Al otro lado del científico, un hombre relata a sus hijas el experimento mientras una de ellas se tapa los ojos llorando y la otra mira entre apenada y curiosa. Otro personaje asiste al experimento, seguramente un pensador o filósofo a juzgar por el gesto y la postura adoptada. También asiste a la reunión un muchacho que está subiendo o bajando - seguramente subiendo porque la cacatúa no parece que vaya a salir muy bien parada del experimento - la jaula de la cacatúa.

Un detalle a comentar es el de la luna llena que asoma entre las nubes y que se divisa a través del ventanal situado en el extremo derecho del cuadro.

Al parecer, esta representación de la luna llena puede ser debida a que Wright quisiera hacer una referencia a la "Sociedad Lunar", sociedad radicada en las Midlands y a la que él y varios de sus amigos pertenecían. La "Sociedad Lunar" se reunía todos los meses para debatir sobre cuestiones científicas y realizar experimentos y celebraba sus sesiones con luna llena para que sus miembros pudieran regresar a sus casa iluminados por la luz de la luna.

Este cuadro, pintado en 1768, se conserva en la National Gallery de Londres.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Portrait of Adele Bloch-Bauer II - Gustav Klimt


Como comentábamos ayer, Adele Bloch-Bauer no quedó satisfecha con el retrato que Klimt le había hecho y le pidió un nuevo retrato que este pintaría cinco años después y recién llegado a Viena tras un largo viaje por Europa en el que visitó París, Florencia, RomaBruselas, Londres y Madrid y en él que se interesó por la obra de Lautrec, Van Gogh, Gauguin y Munch, así como por la de los fauvistas encabezados por Matisse.

La influencia de ese viaje es decisiva en el cambio de estilo en la pintura de Klimt que abandona su época dorada y comienza una etapa calificada como "caleidoscópica" debido al colorido que imprimirá a su obra.

De dicha etapa es representativo este retrato, muy fauvista y en el que Adele aparece de pie, vestida con un ceñido modelo medio tapado por una larguísima estola, tocada con un gran sombrero circular y situada delante de una especie de decorado adornado con flores y dibujos orientales. Un retrato elegante, más alegre y colorista que el primero, pero también con una, tal vez, menor sensualidad en la expresión de Adele.

No sabemos si este cuadro fue pintado en su estudio en el número 21 de la Josefstädter Strasse en Viena, donde pintó un gran número de sus cuadros y donde muchas de sus modelos debieron ser amadas por este hombre que nunca se casó pero que tuvo 14 hijos conocidos.

Este retrato siguió la misma trayectoria que el primero en cuanto al litigio entablado entre los herederos de Ferdinand Bloch-Bauer, ya que, estaba dentro del lote de los cuadros reclamados al gobierno austríaco y que fueron entregados en junio de 2006 a la heredera María Altman.

Esta, subastó el cuadro en noviembre de ese año a través de la casa Christie's siendo adquirido por teléfono por un comprador anónimo en 88 millones de dólares por lo que hasta hace poco ha estado, al igual que el primer retrato, en la lista de los diez cuadros más caros del mundo

martes, 1 de marzo de 2011



Adele Bloch Bauer fue una intelectual austríaca de principios del siglo XX casada con un rico industrial azucarero de ascendencia judía llamado Ferdinand Bloch-Bauer y que fue el que pidió a Gustav Klimt que hiciera un retrato de su esposa.

Adele fue retratada por Klimt en este cuadro terminado en 1907 y posteriormente, por deseo de Adele, en otro fechado en 1911. Debido a estos dos retratos, Adele se convirtió en la única modelo que posó dos veces para Klimt y de la que se ha llegado a afirmar que fue una de las amantes del pintor.

En este lienzo, comenzado en 1903 y realizado con oro y óleo sobre tela, invirtió Gustav Klimt casi cuatro años en su ejecución. El cuadro, tremendamente complejo, sigue la corriente del "Jugendstil" o corriente pictórica seguida por el grupo de pintores de la "Secesión" vienesa, grupo al que pertenecía y caracterizado por una pintura en la que predominan las formas y líneas redondeadas entrelazándose con el motivo central, salpicada de adornos y dibujos que van creando un entramado jeroglífico del que surge el rostro limpio y claro del personaje.

Tanto este retrato como el otro que le realizaría después, han sido objeto de una larga pelea por su posesión.

Muerta Adele en 1925 a causa de una meningitis y sin que ninguno de sus tres hijos la sobreviviera, dejó escrito en su testamento que los cuadros fueran donados al gobierno austríaco, decisión que fue revocada por su marido que indicó en el suyo que todos sus bienes, incluidos los cuadros, fueran heredados por sus tres sobrinos.

Los herederos comenzaron una larga batalla legal contra el gobierno austríaco que se había negado a devolver los lienzos y que se resolvió en el año 2006 con la sentencia favorable a la única heredera viva, una sobrina octogenaria residente en Los Angeles y adonde fueron a parar los cuadros.

En julio de 2006, este cuadro fue comprado por 135 millones de dólares por Ronald Lauder, heredero del imperio de la cosmética Estée Lauder, para su museo, la Neue Galery de Nueva York, recuperando así una pieza de arte propiedad de la comunidad judía, una comunidad afanada en recuperar gran parte de las obras confiscadas o robadas por el gobierno nazi.